PYMES Comprometidas

Daniela M. Oropeza Feo

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Aunque los parámetros varían según el país donde la organización se encuentre, las pequeñas y medianas empresas (PYMES), se caracterizan por un volumen de ingresos, número de trabajadores y valor patrimonial bajo.

Sin embargo, estas organizaciones, aunque pequeñas en constitución, de acuerdo al Banco Mundial, son generadoras de más del 50% de los puestos de trabajo a nivel global y representan casi el 90% de los negocios existentes, y en el caso de economías emergentes, se estima que las PYMES crean 7 de cada 10 empleos formales.

Con tal participación en la economía mundial, las PYMES conforman un pilar fundamental no solo para el desarrollo económico sino también para impulsar el progreso sostenible y buenas prácticas ambientales. Según PwC en un estudio de análisis de vida en el año 2018, aproximadamente el 95% de los impactos ambientales y sociales, se encuentran ubicados en las actividades de los proveedores, por lo cual la cuota de responsabilidad que tiene este tipo de organizaciones en el marco de la sostenibilidad es notable.

A pesar de este panorama, un estudio de Quorcirca (en 2017) que incluyó a organizaciones del Reino Unido, Francia, Alemania, España e Italia, indicó que el 80% de las PYMES consideraría la implementación de medidas para la protección del medio ambiente si no suponen una gran inversión para la organización, dejando solo a un 20% que estaría dispuesto a implementar prácticas sostenibles. Y esto no es de sorprender, puesto que uno de los principales retos que se plantea en este tipo de organizaciones es el capital limitado que se posee y la dificultad para acceder a créditos y financiamientos no solo para hacer frente a costos operativos, sino para expandir y desarrollar proyectos que se planteen dentro de la empresa.

Pero, a pesar de la creencia que se tiene que una empresa sostenible involucra cuantiosas sumas de dinero, en la realidad, resulta que ser una empresa la cual adopte la sostenibilidad como parte integral de su esencia, implica el cambio de una serie de prácticas y hábitos dentro de la organización con miras al largo plazo.

Internalizar el uso consciente de los recursos sin menoscabar el futuro de las próximas generaciones a disfrutar de ellos, es el verdadero reto, y aunque puede sonar como algo complejo de aplicar, existen muchas cosas que pueden hacerse para que una PYMES comience el camino a la sostenibilidad.

Tool Kit básico para empezar

Aunque pudiese parecer un poco difícil el comienzo, existen múltiples herramientas que pueden ofrecer un diagnóstico inicial e identificar los aspectos en los que se debe poner foco para lograr ser PYMES sostenibles.

Un instrumento bastante sencillo, resulta la Evaluación del sistema b, una herramienta que permite evaluar diferentes aspectos de la empresa basándose en los pilares del desarrollo sostenible (económico, social y ambiental) y que una vez finalizada, muestra los resultados obtenidos por la organización, los elementos a mejorar y su comparación con otras empresas con sus mismas características.

Adicionalmente, la Organización de Naciones Unidas presenta la Guía para la acción empresarial en los ODS, un documento donde no solo se explica la relación entre los Objetivos de Desarrollo Sostenible y las empresas, sino que además explica los principales puntos de acción que debe considerar una organización para comenzar a trabajar por un progreso verosímil (Definición de objetivos, medición de indicadores, revisión de procesos)

De igual forma, por el Global Compact, la Red Española desarrolló una Guía para PYMES ante los objetivos de desarrollo sostenible, donde se mencionan las oportunidades que tienen las empresas al adoptar el cumplimiento de los ODS, cómo formar la estrategia de negocios al progreso sostenible, así como un pequeño test para saber si la organización se alinea a dicho concepto.

Un compromiso beneficioso

Un paso fundamental en todo el proceso, es revisar la estrategia del negocio y el propósito de la organización. La generación de ingresos puede resultar lo obvio, pero esa no debe ser la razón de la actividad que se realiza, los impactos que quiere causar la empresa en su entorno, su compromiso con sus consumidores y usuarios, el marco ético bajo el que actúa (si es o no ambiental y socialmente responsable) son parte de las consideraciones y cuestionamientos que la organización completa debe realizarse de manera recurrente.

Esta revisión periódica hace que se recuerde de manera mucho más sencilla la contribución que se hace a un sistema que busca y precisa de las nociones del desarrollo sostenible. Si bien el camino es bastante largo, trae consigo múltiples beneficios no solo para el medio ambiente, sino también para la empresa que decide tomar a la sostenibilidad de manera comprometida.

No solamente la revisión de los procesos productivos que se generan dentro de la organización contribuye a mejorarlos y a hacerlos más eficientes, adicionalmente, contribuyen a encontrar maneras de hacer que esos procesos disminuyan tanto como sea posible su impacto ambiental, estimulando la creatividad e innovación dentro de la organización.

Medir el consumo energético, la huella de carbono, calcular la cantidad de plástico, papel y aluminio que se usan dentro de la organización, manejo de los desechos sólidos, conocimiento de los materiales que se usan en el proceso de producción entre otros, forman una lista de pequeños detalles que impactan de manera importante en el medio ambiente y que, mediante estrategias creativas, se pueden llevar a cabo a muy bajo costo.

Adicionalmente,  el establecimiento de objetivos a corto, mediano y largo plazo, logra un grado de compromiso dentro de la organización que fortalece la ejecución de los cambios que deben implementarse para cumplir con la sostenibilidad y así genera hábitos en el equipo de trabajo, empoderando al personal, incrementando su participación, responsabilidad y compromiso, al sentir que contribuyen a una causa positiva.

De igual forma, la mejora en la competitividad es indudable, el consumidor cada vez es más consciente y exigente con los productos y servicios que consume, quiere identificarse con una marca que tenga un propósito y sea ambiental       y  socialmente responsable

La elaboración periódica de reportes de sostenibilidad resulta fundamental para la visibilidad y divulgación de las iniciativas que lleva a cabo la empresa pudiendo ser mediante el GRI (Global Reporting Iniciative) o mediante algún otro mecanismo más sencillo de divulgación. Además, muchos organismos que brindan financiamiento a PYMES, solicitan estos informes de sostenibilidad como una forma de cumplimiento de diferentes marcos regulatorios y de mecanismos de transparencia, por lo que tenerlos resulta un valor agregado.

Las PYMES son y serán una parte fundamental de la economía nacional y mundial, con una capacidad de impacto realmente enorme, no solo en la cadena de valor, sino además en los consumidores de sus bienes y servicios, por lo que valdría la pena aprovechar algunos de los beneficios que ofrece la implantación de la sostenibilidad en su estrategia de negocios, logrando crecer y prosperar como empresa y, además, para contribuir al desarrollo de    un    mundo que valora sus recursos, los cuida de manera consciente y los preserva para el disfrute de las futuras generaciones.

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